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miércoles, 24 de octubre de 2012

             CECYTEM    PLANTEL METEPEC 1
NOMBRE: PEDRO IVAN RICO GUTIERREZ                       GRUPO: 112
 
                                                              La importancia de la lectura


El mundo en que vivimos está lleno de mensajes escritos. Y por eso decimos que somos lectores en permanente actividad. La tanto el habito de usar la lectura en la vida diaria que ya lo hacemos sin darnos cuenta.


La lectura ayuda al desarrollo y perfeccionamiento del lenguaje. Mejora la expresión oral y escrita y hace el lenguaje más fluido. Aumenta el vocabulario y mejora la ortografía. Hay muchas razones para reflejar la importancia de la lectura:

• La lectura mejora las relaciones humanas, enriqueciendo los contactos personales.
• La lectura da facilidad para exponer el propio pensamiento y posibilita la capacidad de pensar.
• La lectura es una herramienta extraordinaria de trabajo intelectual ya que pone en acción las funciones mentales agilizando la inteligencia. Por eso tiene relación con el rendimiento escolar.
• La lectura aumenta el bagaje cultural; proporciona información, conocimientos. Cuando se lee se aprende.
• La lectura amplía los horizontes del individuo permitiéndole ponerse en contacto con lugares, gentes y costumbres lejanas a él en el tiempo o en el espacio.
La lectura estimula y satisface la curiosidad intelectual y científica.

La lectura permite entrar en contacto con gran cantidad de información, la importancia de estar informados y de ser personas independiente no tiene precio y la lectura nos los permite, así que es importante realizarla e interesarse por desarrollarla con técnica como la lectura rápida y la foto lectura para así ser lectores completos

Por muchos años, leer y escribir se realizaron como acciones escolares desprovistas de su contexto social. Se lee y escribe para objetivos concretos: para estudiar antes de un examen, desarrollar un trabajo, disfrutar una novela o un cuento, enfrentar situaciones de la vida cotidiana; se lee y escribe para la vida.
Hace algunos años Federico Reyes Heroles se preguntaba sobre las múltiples variables que modifican el fenómeno lector:
¿Cómo incide la urbanización en la lectura?, ¿cuál es el impacto de la televisión en los hogares?, ¿qué efectos tendrá el Internet sobre las generaciones que se formaron ya con ese instrumento? ¿De verdad las pantallas, en todas sus nuevas dimensiones, son un enemigo de la lectura?, o, por el contrario, ¿estaremos obligados a leer más? Pero, ¿qué leeremos, mensajes de una cuantas palabras y muchas abreviaturas?, ¿artículos de una cuantas cuartillas en consultorios médicos?, ¿estudios relativos a nuestra profesión a los cuales acudimos para estar actualizados? ¿Cómo explicar el fenómeno de Harry Potter? ¿Qué ocurrió en países desarrollados donde las pantallas han invadido desde hace tiempo los hogares? En suma, ¿qué resultado tienen en nuestro desarrollo como lectores cada una de las nuevas y antiguas formas de acceso a la información y el conocimiento? Las generaciones formadas en las nuevas tecnologías: ¿Aprenden de la misma forma en que lo hicieron las generaciones previas? ¿Los nuevos lectores serán únicamente digitales o no serán?
 Investigaciones recientes sobre las competencias comunicativas han señalado que es necesario garantizar la disponibilidad  y el acceso  a la cultura escrita: pero, ¿qué suponen en la realidad estos términos? La disponibilidad describe la presencia física de los materiales y la infraestructura para su distribución (bibliotecas, puntos de venta de libros, revistas y periódicos). El acceso es un término que permite identificar: de qué forma en la interacción entre seres humanos se despliegan conocimientos, prácticas de lectura y escritura, conceptualizaciones y usos. Es decir, una condición necesaria, pero no suficiente para la existencia de lectores es que haya qué leer. Sin embargo, la pura y llana existencia de materiales de lectura no garantiza que se usen o se incorporen a prácticas cotidianas de lectura. Es necesario contar con mediadores que faciliten el encuentro entre lecturas y lectores.
La familia y la escuela han formado hasta ahora el binomio de mediación más eficaz para formar lectores. Es en el diario vivir donde se valoran los usos de la lectura.
Cuántas veces no hemos escuchado la siguiente frase: “Levántate ya y ponte a hacer algo. Deja de estar allí leyendo sin hacer nada”. Es ésta una expresión común bajo la que puede rastrearse una posición social sobre el fenómeno lector en nuestro país. Sin embargo, no existe futuro posible en este tema si no queda claro que leer y escribir deben desarrollarse en la vida cotidiana, de forma que únicamente dejen de concebirse como actividades ligadas al entorno escolar.


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